En 1979 en el marco de la revolución popular en Irán el Ayatollah Jomeini propuso declarar el último viernes de Ramadán como el día de conmemoración de Jerusalén.
Por Valeria Rodríguez*
Jerusalén es utilizada históricamente por Israel para provocar a los palestinos, prueba de esto fue la presencia de Ariel Sharon en la explanada de la mezquita de Al Aqsa que desató la segunda intifada.
Recientemente el traspaso de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, es una nueva provocación ya que legitima la utilización como capital violando el derecho internacional.
¿Que tiene que ver Ramadán con Palestina?
El Ramadán es el noveno mes del calendario islámico y es un mes de adoración a Dios, además de súplicas y rezos especiales se lleva a cabo un ayuno de comida y bebida desde la salida del sol hasta su puesta.
El ayuno se hace con el objetivo de entender el sufrimiento del otro, del que menos tiene porque esa es una manera también de adorar a Dios.
Palestina es el ejemplo acabado del sufrimiento humano ya que en 1948 más de 700 mil palestinos fueron obligados a dejar sus hogares y se convirtieron en refugiados en países limítrofes, cabe destacar que al menos el 90 por ciento de la Palestina histórica está ocupada por la entidad sionista de Israel.
Según la Onu, los palestinos constituyen la crisis de refugiados más grande del mundo, el 23 por ciento de los refugiados viven en condiciones inhumanas en 58 campamentos y durante los últimos dos años la cifra de refugiados aumentó 9 veces llegando a 13, 4 millones de personas.
Además de ello, los que se quedaron en los territorios padecen no solamente la ocupación sino la violación constante a los Derechos Humanos.
Por un lado, no tienen derecho al libre movimiento dentro de sus territorios ya que Israel emplazó distintos check point donde los soldados israelíes hacen imposible que los palestinos puedan acceder a las actividades más sencillas negando la circulación y abusando de su poder. Hombres, mujeres y niños palestinos, de diferentes edades e incluso con discapacidades, enfermos y mujeres parturientas son forzados a esperar bajo las condiciones climáticas más extremas para ir a hospitales, escuelas, funerales, trabajos y a sus casas.
Por otra parte, las detenciones arbitrarias están a la orden del día y no sólo hay presos mayores de edad sino que se dá la particularidad de que Israel detiene a niños menores de 18 años, de hecho según Unicef, desde enero de 2019 hay 789 niños detenidos en 50 cárceles israelíes y en el marco de la pandemia se denunció que 200 nuevos niños detenidos no cuentan con los cuidados básicos para evitar contagiarse del Covid-19.
El derecho a profesar la religión también está violado inclusive en Jerusalén donde los soldados israelíes reprimen a los musulmanes que se reúnen a hacer los rezos correspondientes en la mezquita de Al Aqsa.
La economía palestina también está afectada violando uno de los derechos básicos, la supervivencia.
La estrategia de la ocupación es destrozar la economía palestina, por un lado con el uso de la violencia formal dentro de los territorios como es el caso de Western Bank donde los soldados israelíes derriban los árboles de aceitunas y frutales que son vitales para la economía palestina.
También se puede señalar lo que pasa en Franja de Gaza donde las fuerzas de ocupación reducen el acceso al mar para la pesca, de hecho el pasado 7 de junio, Israel redujo la zona de pesca gazatí a 27, 8 kilómetros donde mantiene una fuerte presencia naval y afecta gravemente el sustento de unos 4.000 pescadores y al menos 1.500 otras personas involucradas en la industria pesquera.
Por otro lado con la imposición criminal de sanciones y bloqueos económicos que golpean aún más la economía palestina ya que Israel no permite el ingreso de ayuda humanitaria como fue el caso del buque “Freedom”atacado por israel en 2012 o el buque “Falestine” también interceptado por Israel en 2018 y tantos otros más.
Esto no es todo, el constante asedio y asesinato de civiles palestinos está documentado por la Onu que sostiene que desde el 2000 a la fecha las fuerzas israelíes mataron a 8 mil personas, además de las matanzas en masa durante las marchas del retorno que se llevaron a cabo en Gaza hasta el año pasado que dejaron al menos 400 muertos y 29 mil heridos (entre ellos personas con discapacidad, niños y mujeres).
Los bombardeos en Gaza también son constantes y dejan devastadas las instituciones educativas, los hospitales y edificios violando el derecho a la salud y a la educación.
Cóctel peligroso: Ocupación y anexión
Después de haberse constituido el gobierno de coalición entre Benjamín Netanyahu y Benny Gantz se acordó la anexión de los territorios de Cisjordania, generando un fuerte rechazo de Jordania, Palestina y la Onu.
Jordania y Palestina declararon que se saldrían de los acuerdos con Israel y por otro lado, la Onu sostiene que continuar con la anexión no solamente echaría por tierra toda posibilidad de acuerdo o negociación sino que también viola el derecho internacional.
A pesar de esto, las fuerzas de ocupación continúan con su estrategia violenta de ocupar Cisjordania, de hecho, la Ong holandesa Oxfam confeccionó un informe denominado “Violencia e impunidad en Cisjordania durante la pandemia Covid 19 “ donde da cuenta del aumento de la violencia de los colonos a los palestinos. Según el informe, las demoliciones de viviendas, los desplazamientos forzosos, la violencia por parte de los colonos y el uso excesivo de la violencia por parte de las fuerzas israelíes aumentaron 30 por ciento durante la llegada del Covid 19.
La causa palestina es universal y une no solamente a musulmanas y musulmanes alrededor del mundo sino que acerca a todos los buscadores de justicia del mundo.
(*) Política Internacional en Feas, Sucias y Malas (sábados de 9 a 12hs).
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